Fuimos de vacaciones a pasar un mes en nuestra hacienda y mi esposa propuso mudarnos alla, cosa con la que mi hija asintió, lo que me alegró y sorprendió mucho.

Mi mujer, Natascha es una linda mujer de 38 años, rubia, lindo y muy cuidado cuerpo, un trasero bellísimo,y unos senos hechos muy hermosos. Después de una semana allí volví a casa muy temprano y escuché unos gemídos muy sensuales y eróticos de placer. Pensé que era mi hija, Nuria, pero para mi sorpresa vi a mi esposa cabalgando sobre el largo y grueso pene de un peón negro enorme, llamado Nestor. Natascha se movía eroticamente sobre él gimiendo deliciosamente, estaba disfrutando de lo lindo y tuvo 2 orgasmos antes que Nestor eyaculara dentro de ella. Quedé petrificado y muy excitado viendolos gozarse de esa manera. Nestor eyaculó en la deliciosa y húmeda vagina de mi esposa. Al separarse noté que tiraban al natural. Natascha lo incitó a poseerla por el trasero, no podía creer aquello, pues nunca me lo había permitido, pero Nestor deslizó los 18 o 19 cm de su virilidad facilmente dentro del ano de Natascha, y comenzó a cogersela mientras tocaba su vagina con sus dedos de una manera descarada. Mi esposa tuvo 2 nuevos orgasmos y perdió la cabeza gritando de gozo. Al separarse se besaron con pasión largamente y se fueron a la ducha. Salí de allí excitado, molesto, celoso, y caminé por muy largo rato. Volví tarde avisando que no llegaría temprano y al volver entré por el Taller a unos 100 m de la casa. Oí unos quejidos en el cuarto del taller y me di cuenta que era mi hija y escuché jadeos de placer de un hombre. Mi hija estaba con alguién. Avancé escondido sin hacer ruido descubriendo como Nestor masturbaba a mi hija, metiendole los dedos en su vagina. Nuria estaba totalmente desnuda y abierta, y el peón se la disfrutaba a placer. Nuria tuvo un fuerte orgasmo y Nestor la cargó y sentó sobre su sexo. Nuria gritó de placer y empezó a moverse como una loca lujuriosa, gimiendo y gritando de gozo, teniendo 2 orgasmos más antes que él eyaculara dentro de ella. Al separarse salieron desnudos fuera del taller y se besaron larga y apasionadamente. Nestor la cargó y la colocó en sus hombros satisfaciendola oralmente hasta darle un nuevo orgasmo. Mi bella hija fue disfrutada a placer esa noche por el mismo hombre que se gozó a su madre esa tarde. Por días estuve cavilando qué hacer, y observandolas a escondidas, entonces decidí dejarlas gozar y buscarme a una negrita de 18 años, hija de Nestor, con quien disfruto un sexo salvaje cada mañana