Mi ventana y mi puerta estaban acechadas y deía cerrar bien las ventanas porque yo  misma estaba obsesa por mi tranquilidad.

Las miradas procelosas de voyeurs adivinando algo sobre mi eran abrumadoras .

Salí de aquel infierno y luego vino el otro .

Me eché novio medio celoso y exhibicionista no de sí mismo sino de mi .

Iba corta y enseñaba más de lo normal , todo ello unido a mi lunar cautivador hacían de mi una pelandrusca deseada .

Mi novio me daba buenos repasos carnales y me exhibía en la discoteca , en la calle y en la playa y piscina.

Algún papelito me encontré citándome para un encuentro formal y sexual claro .

Nos casamos y vino lo peor . Las casadas siempre piensan que si son facilonas , que si tal que si cual .

En la escuela en mi cuarto de logapeda era una visita continua y más de uno se rozaba conmigo para saber si había tema.

y el tema del lunar lo consulté , no lo quería pero me desarbolaba.

Mi marido estaba frenético , era mi primer admirador y exhibidor .

Llegaron lon nuevos tiempos de relaciones fáciles y había disputas con él y con amigos que aporreaban en mi cabeza deseando trato carnal 

conmigo .

Hasta mi marido deseaba que me relacionara.

Mi vulva cansina casi siempre mojada cuando llegaba a casa necesitaba limpiarla .

Así hasta los 40 y pico y algo más porque entonces entraban los mayores sebosos que les llamaba aún más la atención .

Hoy con sesenta y pico algún  hombre se vuelve por la calle y me echa alguna flor indebida .

Mi marido siempre cachondo me estimula y me aconseja lo peor .

Espero que todo acabe ya .