Mi nombre es Valeria soy una trans hormonizada desde la pubertad, al fallecer mi padre dejo una buena herencia y dejo a mi madrastra a nuestro cargo, esta mujer tenía algunos problemas mentales por no poder tener hijos así que desde la pubertad me hormonizaron, me vistió y me trato como una mujer, mi cuerpo al ir creciendo gracias a los tratamientos se fue formando muy lindo y estético, caderitas pequeñas pero marcadas, senos pequeños, pezón paradito, labios lindos grandes, cabello sedoso, la grasita rápido se fue a mis piernas, mis glúteos, y siempre cuidando mi dieta y hacer ejercicio. Un pene delicado, testículos pequeños sin ningún bello.

Ahora mi historia comienza en la secundaria, recuerdo ese primer día de clase cuando todos somos nuevos y nos forman en una gran fila exhibiéndonos ante los demás grados. Chicos y chicas observándonos como si fuéramos insectos extraños, era una escuela privada así que mi uniforme era distinto, una falda de tablas hasta las rodillas, una playera blanca fajada y unos zapatitos negros con calcetas cortas.

Mi cuerpo al ser modificado por las hormonas a tan temprana edad me hacían lucir como una verdadera chica, inclusive hasta más linda y atractiva que una real, nadie se dio cuenta, era un secreto que solo yo guardaba, ese día nos formaron por grupos y nos llevaron a nuestro respectivo salón pasando por los pasillos de los chicos de grado más alto, lo cual me apeno mucho pues aparte de ser el primer día de clase que nos mostraran de esa forma como diciendo. Miren ahí van los nuevos, los tontos, la carne de cañón, obsérvenlos!

Fuimos formaditos por los pasillos repletos de alumnos y podía escuchar los murmullos de la gente, escuchaba de entre todo el ruido.

-mira esa.

-adiós.

-con esa sí.

tonterías que hablaban entre amigos al pasar, bueno pues ese día paso normal muy estresante, sola en el recreo, sola en clase, sola a la salida, así pasaron unos días, conocí a mis compañeros un poco, a mis maestros, los sitios más concurridos de la propia escuela y no fue hasta una semana después que mientras estaba en recreo formada en la fila de la cafetería para comprar algo, un grupo de chicos de tercer grado se empujaban y forcejeaban salvajemente detrás de mí de pronto sentía empujones, traba de voltear y mirarlos feo para que se calmaran, pero solo me ignoraban y se burlaban al ver mi disgusto. 

uno de ellos al ser empujado mientras estábamos formados me aprenso contra un chico sumamente gordo frente a mí y recuerdo como mis pechos y mi abdomen quedo totalmente pegado a la persona delante mío, mientras el de atrás estaban empujando tanto y haciendo tanta presión que podía sentir su respiración en mi nuca, sentí los cuerpos totalmente restregándose conmigo, yo siendo tan pequeña y delgada me sofocaba, intentaba quitarme pero no podía, el de atrás parecía no poder escapar también o tal vez lo hacia apropósito, puso sus manos en mis hombros haciendo presión hacia enfrente, me empujaba con fuerza, mi inocencia en ese momento no permitía pensar nada malo del chico, hasta que sentí entre mi falda algo grande y un poco duro, me apene tanto que deje de pelear pues si era lo que imaginaba no quería saber y quería desaparecer antes de que alguien me pudiera ver en esa situación. Así duro unos momentos hasta que llego la prefecta una señora gorda enojona a poner orden, y a puro regaño y grito calmo a todos, liberándome por fin, ese día compre un jugo y me lo fui a comer a las canchas olvidando lo sucedido.

no fue hasta esa misma noche, mientras estaba recostada, que sentí como un palpitar en mi entrepierna, ese día algo había despertado, algo que cambia de niñez a pubertad, cerraba mis ojos intentaba relajarme y poder descansar, pero los pensamientos me traicionaban, recordaba esa situación entre los dos chicos, mis pechos apretados restregándose con el lomo grasoso del gordo frente, recordaba su olor a sudor rancio en mi rostro, el chico detrás mío con manos en mis hombros sometiéndome bruscamente y lo peor el recuerdo del miembro duro entre mis glúteos, estaba segura que era su pene, no se sentía como un celular u otra cosa, estaba segura que era su pene, de tanto pensar en eso mi cuerpo comenzó a calentarse, me sentía asustada y apenada por no poder controlar la excitación.

entre las cobijas acostada sola en mi habitación, mi mano instintivamente fue bajando de mi cadera abriendo mi glúteo con la fuera de mis dedos, avanzando a mi ano el cual era rodeado por las yemas de mis dedos, como si intentara estirarlo desde el costado, sentía mis dedos husmear alrededor de mi parte más virgen, mientras con mi otra mano, recorrió mis labios, los tocaba con tanta delicadeza, bajando por mi cuello mis pechos, toque suavemente mis pezones y baje hasta sentir mi pene completamente erecto, jamás había tenido una erección tan grande, hasta yo misma al sentirlo me sentí extraña, esa noche fue mi primera eyaculación, pues solo con jalar un par de veces logre eyacular en mi mano, me sentí como una verdadera mujer, me sentía muy viva, plena y agotada, me tumbe en mi cama acerque mi mano con semen a mi rostro y lo olfatee impresionada, jamás olvidare ese olor y esa sensación.

Al siguiente día me desperté lave cobijas y ropa manchada de la noche pasada, me vestí muy linda, pues me sentía radiante, me maquille sutilmente solo para remarcar mis labios y agrandar mis ojos algo sencillo pues aun no era experta, puse mi ropa de colegio, me vi en el espejo, vi mis senos paraditos, me di la vuelta vi mi colita tan linda, me sonreí a mí misma y salí.

Ese mismo día me sentía segura, hable un poco más con mis compañeros, coqueteaba con la pura mirada, tenía el atrevimiento de acercarme más a mis maestros, pues sabia que era linda y lo podía notar, pues sentía las entre miradas de mis maestros cuando me acercaba apropósito a preguntar o entregar mi tarea, es genial el momento en que te das cuenta que eres hermosa.

Ya en el recreo, lleve un par de frutas pues ya no me acercaba a la cafetería era un caos, fui a comer a las bancas al aire libre a la sombra de unos árboles tranquilamente, hasta que alguien interrumpió mi momento, el chico se sentó a lado mío sin pena ni pedir permiso, se sentaba como chico que no le importa nada, era el mismo de la fila el chico con el que tuve pensamientos sucios la noche pasada.

Se acercó me miró fijamente mientras yo mordía una manzana y me saludo.

-hola.

Yo me quede con el bocado en la boca y sin emitir sonido sonreí con mis ojos e hice mi mano de hola!

me sentí sumamente apenada, me puse rojita, pues yo sabía lo que había pasado anoche y era el quien había llegado a interrumpir mi sueño, que pena, mi mente me recordaba como estiraba mi ano y jalaba mi pene mientras penaba en el!, solo me trague el pedazo de manzana casi sin masticar. 

El chico dijo -que tal, veo que estas ocupada comiendo, bueno no importa! me llamo Alejandro. Él sonrió terminando de decir su nombre.

Y yo pues como una tonta solo sonreí de vuelta con mi mano sosteniendo la manzana mordisqueada, es que si era lindo, tenía ojos claros y cabello chino para perderse.

Alejandro – hey!.

A lo que me hizo reaccionar y pensar lo tonta que me veía, reaccione, y le dije mi nombre solamente — Valeria.

al ver que no continuaba la plática el chico se paró se despidió rápido y se marchó, yo no quería que se fuera, pero estaba tan apenada que no me salían las palabras, después de ese día, me sentí de lo más idiota, en recreo me paseaba por su salón, me sentaba en las mismas bancas, procurando los mismos sitios para animarlo a que me hablara, pero no daba resultado, el chico me ignoraba por estar jugando con sus amigos, creo que me sentía enamorada por primera vez con solo cerrar mis ojos lo veía y mi mente escapaba a otra dimensión, como toda niña y su primer amor.

Ese mismo día a la salida me decidí, en vez de irme a casa, me escaparía a las maquinitas en donde se juntaban todos! ese día, en el baño arregle mi cabello, retoque mi maquillaje e hice dos dobleces a la cintura de mi falda, esta subió un poco por encima de mis rodillas, estaba decidida a tomar lo que era para mí.

camine unas cuadras hasta llegar al sitio, había muchos chicos no propiamente de la escuela afuera, unos se veían grandes y otros parecían vagos, pero si tenía que ir ahí para conseguir el amor de mi vida lo haría, pase entre los tipos esos, los cuales me barrían con la mirada, entre al lugar, era oscuro y solo las luces de los videojuegos alumbraban, había mucho ruido de videojuego y personas, camine entre las hileras de máquinas intentando encontrar a Alejandro, me paraba de puntitas, me asomaba, husmeaba para ver si reconocía a uno de sus amigos, me adentre hasta las últimas del fondo, ya me estaba enfadando pues el calor era insoportable, el ruido, la gente y no lo encontraba!

cuando uno de los vagos que estaba afuera del local se acercó a mí, parecía ya mayor de edad, se veía un poco descuidado de mala facha, yo siendo muy recatada trate de ignorarlo y seguir mi camino, pero este puso su brazo de manera de tapar mi camino.

Chico malo – hola linda, buscas a alguien? yo puedo ayudarte.

Me sentí temerosa, algo no estaba bien, era muy agresivo conmigo, pero pues si no había mas y siendo tan inocente conteste.

Valeria -busco a una persona.

Chico malo – que persona?

Esa pregunta me hizo pensar e instintivamente conteste – mi novio. (Yo sabía que no pero lo hice para protegerme también y pensara que si me hacía algo mi novio lo golpearía, según jeje) le dije que se llamaba Alejandro y que traía el uniforme y como era.

El chico malo contesto — aaaah si lo conozco esta por haya ven te llevo.

Me rodeo con su brazo y me llevo más al fondo del local, hasta ver maquinitas que no funcionaban, le conteste ya desconfiada y preocupada — croe que me tengo que ir.

Cual el tipo me tomo de los brazos y me metió entre dos maquinitas descompuestas, me azoto a la pared sin dejarme mover, la mirada del tipo sucio cambio era pervertida, parecía un loco.

Chico malo – ahora si hermosa, te voy a dar lo que viniste a buscar de tu novio.

Me besaba con fuerza y yo me retorcía para zafarme, sus manos me tomaban de la cintura y de pronto estaban en mis pechos, lo quitaba y estaba subiendo mi falda, el tipo en ese momento parecía un pulpo, yo estaba asustada, el miedo no me dejaba pensar ni reaccionar.

La mano del tipo se abrió camino por debajo de mi falda mientras sentía su lengua en mis labios los cuales cerraba con fuerza, sentía su baba en toda mi cara. Cuando sentí su mano apretar mi glúteo con fuerza solo con la ropa interior interponiéndose, grite con los labios cerrados y mis ojos se abrieron grandes.

intento bajarme las braguitas, pero yo las detenía y me retorcía para escaparme, me azoto un par de veces en la pared para que le hiciera caso, yo no lloraba pues tenía personalidad fuerte, pero si estaba llena de terror, cuando sentí sus dedos en mi ombligo y bajo bruscamente por debajo de mi ropa interior, de pronto el chico se detuvo, no continuo su ataque y yo paralizada por completo, sentí sus dedos tocar un poco más, el chico parecía desorientado, no sabía lo que tenía entre sus dedos, hasta que reacciono y se hizo para atrás como asustado, como si fuese yo quien lo quisiera violar.

Chico malo — que putas eres! 

Él había sentido mi pene y mis testículos, yo me quede en shock pues mi gran secreto había sido descubierto y lo primero que me salió de la boca fue –por favor no le digas a nadie. Lo dije con una voz tan baja, con mis manos cerca de mi barbilla dando un paso hacia delante, pero fue inútil el chico salió corriendo del lugar y yo detrás del como una loca.

ese día llegue a mi casa, despeinada con las braguitas metidas entre mis glúteos mal puestas, parecía que me había revolcado un toro, corrí a mi habitación y me encerré, preocupada, por si el chico contaría a los demás lo que realmente soy y peor que Alejandro mi amor secreto se diera cuenta! llore todo el día.

Continuara… 

Relato editado el 11/01/2019