En un principio solo vivíamos mi madre de nombre Juana, mi hermano Raúl de 25 años con su esposa y yo que tenía 12 años de edad y estudiaba la secundaria; sin embargo, mi madre tenía un novio, Carlos de 40 años. Mi hermano y yo no nos llevábamos bien, pues él me mandaba, a veces me gritaba y me golpeaba, creo que se desquitaba conmigo de la mala vida que le daba su esposa. Y el novio de mi mamá era un hombre lívidinoso, sucio, vicioso, bebía mucho, se drogaba y cuando me llegaba a ver en short me miraba mucho las piernas y no perdía oportunidad para agarrarme cuando podía y aunque alguna vez le dije a mi madre ella nunca me creyó. 

          Transcurrieron 3 años y en ese lapso mi madre se casó con Carlos y mi hermano se separó de su esposa, y como la empresa donde trabajaba mi mamá tuvo la necesidad de mandar personal a Estados Unidos, una de ellas fue mi madre, así que se tuvo que ir para ese país, Carlos no la pudo acompañar porque él no podía ir a ese país dado que alguna vez lo deportaron. Así que se quedó a vivir con nosotros. 

      Durante las primeras 2 semanas Carlos se la pasaba bebiendo y drogandose, sin ir a su trabajo. Por su lado, Raul si iba a trabajar y en su trabajo lo empezaban a mandar fuera por unos días, pero cuando estaba en la casa me ordenaba que le preparara su ropa y algo de comer, y yo ya cursaba el primer semestre de preparatoria. 

          Tenía 2 meses que se había ido mi mamá cuando Carlos un lunes temprano me dijo “ya no vas a ir a la escuela, vas a ser la mujer de la casa y tendrás que hacer los quehaceres, preparar la comida, alistar la ropa y atenderme como mujer”. Yo desde luego que le dije que no; sin embargo, como él era mucho más alto y más fuerte que yo (él media 1.85 cm de estatura y pesaba como 100 kg y yo media 1.60 cm  y pesaba la mitad) se enojo y me agarró fuerte del brazo y me dijo “es una orden y prepárame ya algo de desayunar” yo porque no me golpeará fui a la cocina y saqué huevos del refrigerador y jamón. Pero antes de preparar fue nuevamente tras de mi y me dijo “no mamacita primero ponte un vestido de tu madre que quiero verte las piernas mientras me cocinas y quiero agarrartelas cuando este desayunando”. Yo me quede parado y de inmediato me agarró del cabello y me llevó a su recámara diciéndome “obedéceme pendeja que mando yo” me aventó al suelo y me dijo “apúrate que tengo hambre”, así que obedecí y me puse un vestido de mi mamá que me llegaba a las rodillas y prepare el jamón con huevo, mientras él se me quedaba viendo y mientras yo cocinaba él me decía “se te ven preciosas las piernas y estás nalgona”, de hecho cuando le serví me sentó a su lado y puso mis piernas arriba de las suyas y con una mano comía y con la otra me agarraba y acariciaba. Cuando termino se levantó y me dijo “me voy al trabajo, te dejaré encerrada, si intentas algo te arrepentirás y ponte bonita para cuando llegue, maquíllate, ponte zapatillas y un brasier con pelotas aunque sea sino como quieres gustarme”. Y me agarró las nalgas y se retiró cerrando la puerta con llave. Yo solo me puse a llorar y me quede dormida, cuando desperté intenté abrir la puerta pero no pude. 

         Cuando regreso de su trabajo yo estaba con mi ropa de hombre, pues estaba dispuesto a enfrentarlo y así lo hice; sin embargo, perdí muy rápido y de la paliza que me puso no pude pararme en 2 días, me dolía todo el cuerpo por los trancazos y las patadas que me dió. Al tercer día, me puso en la cama la ropa que quería que usara, un vestido corto que me llegaba a media pierna, zapatillas bajas, pantimedias transparentes, brasier con relleno, pinturas de maquillaje, perfume, un collar y una pulsera y me dijo “póntelo y prepárame el desayuno o ya sabes como te va”. Y yo como ya tenía miedo le obedecí. 

          Cuando estaba preparando el desayuno él estaba mirándome y diciéndome “te ves muy bonita y debes estar muy sabrosa”, se acercó a mi y me empezó a agarrar y acariciarme las nalgas y a besarme el cuello. En eso entró Raul  y dijo “qué pasa, quien es eh” y al verme el rostro dijo “sabía que eras una puta” y Carlos le dijo “no te enojes pero necesitamos una mujer para que nos atienda” y Raúl respondió afirmativamente. Les serví de desayunar a los 2 y nuevamente Carlos me agarró las piernas diciéndome “que sabrosas piernas tienes” y Raúl señaló “debes coger muy sabroso también”. Ambos se pusieron de acuerdo y ese día tiraron toda mi ropa de hombre, solo me dejaron la poca ropa que había dejado mi mamá, también cerraron la puerta y dijeron “hay que traerle la ropa que va a usar de ahora en adelante”. Se fueron y por la noche cuando regresaron, ambos me llevaron algo de ropa que habían comprado, que eran, vestidos cortos de tela estrech, tacones altos, medias negras y transparentes, pantaletas y tangas de hilo dental, camisón, brasiers, shorts, y Raúl llevo un frasco diciéndome vas a tomar una taza diario. Ambos hablaban delante de mi de sus planes, pues ambos me querían tener como su mujer y le dijo Raul “son hormonas para que vaya feminizandose, pues la queremos piernuda y chichona verdad”, respondiendo Carlos que si. 

          Ese día Carlos y Raúl se jugaron a la suerte, en un bolado quien sería el primero en cogerme y aunque lo ganó Raul le dijo a Carlos “se tú el primero por respeto a ti”. Entonces Carlos me abrazó agarrandome las nalgas y menllevó a la recámara y allí dentro me sentó en la cama y él se quitó el pantalón y los calzoncillos y me dio su pene diciéndome “mamalo puta mámalo” y yo que ya no quería mas golpes lo empecé a mamar y me dijo “eres muy pendeja, pero te haré una experta” me agarró de la cabeza y me empezó a empujar su pene dentro de mi, me llegaba hasta la garganta, yo empecé a chuparlo como él me decía y sentía como se le paraba más y se le ponía más duro y exclamaba “aaahhh asssi putita assiii aaahhh que delicioso lo mamas”, luego me agarró por la cabeza, y me subió en la cama poniéndome en posición de perra y me empezó a besar y lamer las nalgas y el ano, y me lo escupía y lamía metiéndome su lengua, también me mordía, mientras yo estaba ya muy caliente al grado que sentía que explotaba, luego me volteo poniéndome boca arriba mientras él se me subió y puso mis piernas sobre sus hombros y empezó a empujar una y otra y otra vez, y yo lo sentía muy doloroso y por eso empecé a gritar y gemir fuerte así “aaaahhh aaahhhh aaaahhh aaaaiiiii aaaaiiiii ….”. También empecé a llorar. Al cabo de un rato eyaculo dentro de mi y me hecho lluvia dorada, yo sangre un poquito, y me mordió los pezones. Cuando termino se sentó en la cama, puso mis piernas sobre las suyas y me agarró las nalgas diciéndome “coges muy sabroso, estuviste muy bien para ser tu primera vez, me gusta que llores como la niña que eres y más me gusta que grites y gimas fuerte, para que sepan que tu macho te está cogiendo y que lo hace con maestría. Te haré muy puta que luego lloraras de alegria cuando te esté cogiendo y cuando no lo esté haciendo me pedirás que ya te la meta. Te pondré bien chichona y te acostumbraré a vestir como puta, microfalditas, shorts enseña nalgas, vestidos escotados para que muestres las piernas, las nalgotas y las chichis y de preferencia sin brasier para que se te marquen los pezones y las aureolas”. Luego me levanto y me dijo, “vamos, que sepa Raul que eres buena cogiendo porque le toca a él” y salimos, nos dirigimos donde estaba Raúl y le dijo Carlos “te toca compa, coge delicioso, va a ser muy buena puta para los 2, te la dejo” y se retiró. Entonces Raúl me agarró y me metió a su cama y también me dio una tremenda cogida. 

        Custodia me quede sola estuve llorando todo el tiempo porque sabía que mi vida ya había cambiado para siempre, aunque no sabía que tanto, no sabía que con el tiempo si me convertiría en una puta de verdad, dado que ya necesitaría tener la verga adentro para estar tranquila y contenta. 

        En los seis meses siguientes ya las hormonas estaban haciendo lo suya, ya me estaban creciendo los pechos, los pezones y las aureolas, de hecho me dolían, ya mi piel era un poco más tersa, mi cabello estaba creciendo, empezaba con cambios de humor repentino, etc., y de hecho como ya ambos me cogian desde que decidieron que fuera su mujer, un día uno y otro día otro, ya me había acostumbrado a tener su verga dentro de mi, de hecho ya la deseaba y disfrutaba mucho con ella, pues ya la necesitaba porque cuando por alguna razón no me cogian me sentía desesperada e inquieta, me enojaba con facilidad, pero todo eso se me quitaba al sentir como me sometían y cogian.

          Así fue como mi padrastro y mi hermano me sometieron, me feminización y me convirtieron en su puta. Ahora ya estoy  en tratamiento para que una vez que me autoricen me hagan la cirugía de extirpación de pene y me pongan senos grandes, pues quiero estar muy chichona para que mis machos disfruten más. Pero eso será materia de otro relato.