DESEOS INSACIABLES                   Autor: MAPMAKER

Llevé una  vida llena  de aventuras tratando de conseguir una pareja que colmara mis apetitos sexuales pero nunca  lo logré; a pesar que me acosté con hombres grandes, chicos, jóvenes, maduros, blancos, negros, latinos que tenían vergas grandes y gruesas.

Tuve sexo  con mujeres;  utilicé  consoladores de todo tipo y tamaños pero no podía lograr los placeres esperados; todo me decepcionaba; hasta que conocí a Estebana.

Estando en  unpub-bar; veo a una mujer alta, morena, voluptuosa; desbordante de  sensualidad, tenía un  cuerpo proporcionado en los lugares exactos como si hubiese sido moldeado por un escultor.

Nos miramos y la  conexión fue inmediata; nos acercamos atraídas una hacia la otra como si fuéramos imán y metal; su cuerpo exudaba un aroma excitante.

Me invitó a tomar algo y me sorprendió al pedir wiskey en las rocas  pues es lo que generalmente pido; inmediatamentefuimos intimando; la conversación se convirtió en confesiones personales en las cualesle expresé mis deseos y frustraciones; sin darnos cuenta nos aproximamos tanto que nos susurrábamos al oído; impulsivamente me fui aproximando  para darle un beso.

Puso dos dedos en mis labios deteniendo la caricia; me sonrojé apenada; ella sonrió y me confeso que era transexual; me quedé asombrada pues su cuerpo no tenía indicios de masculinidad; pero era tal la atracción  que en vez de avergonzarme, se incrementaronlos deseos de hacer el amor con ella. Nos tomamos de la mano y precipitadamente abandonamos el bar para dirigirnos a mi apartamento.

No habíamos atravesado el umbral de la entrada cuando empezamos a comernos a besos; apresuradamente nos despojamos de  la ropa; caímos sobre la alfombra, su fragancia me enloquecía;  nuestras lenguas se enredaron en besos delirantes mientras los suspiros iban llenando la habitación.

Se deslizó entre mis muslos buscando mi sexo;  al encontrarlo se pegó a él sacándome un grito de lujuria; sentí que me introducía un dedo en la vagina palpando sus paredes mientras sus labios se pegaban como ventosa alrededor de mi clítoris.

Su dedo exploró el interior de mi chocho hasta encontrar un punto que hizo que mi cuerpo estallara en un orgasmo maravilloso; mordí la almohada apagando el alarido que salió de mi boca a la vez que incontenibles chorros de orina salían de mi uretra de una forma incontrolable.

Jamás había experimentado una sensación de esa clase; mi vientre se convulsionaba por los orgasmos en serie que me acometían sin parar;  mi cuerpo se tensó al máximo para luego caer en un relajamiento total.

Tomé su cara entre mis manos besándola agradecida; fui bajando hacia sus senos; estaban erguidos y duros; los succione sacándole gemidos de placer; continué bajando buscando su sexo y quedé sorprendida al encontrarme con el tremendo miembro que poseía.

Era una verga gruesa, grande y fibrosa; de igual o mayor tamaño que los consoladores que yo utilizaba pero estaba viva y palpitante; sentía el latir de una gruesa vena que recorría su caliente tronco; lo introduje en mi boca saboreando los jugos lubricantes que brotaban de ella.

Comencé a mamarle la verga mientras introducía mi dedo central en su ano,buscando hasta localizar su próstata la masajeé con la yema del dedo causándole una copiosa  eyaculación que no pude contener en mi cavidad bucal.

Tragué lo que pude mientras el resto se escapaba por la comisura de los labios chorreando por mi barbilla hasta caer bañando sus depilados  testículos;  me pregunto que si estaba satisfecha y le contesté que no.

Fuimos hacia el lecho; tomó un consolador con arnés de los varios que había en la mesa de noche colocándoselo bajo su pene; tomó mis  piernas doblándolas contra mis senos; coloco la punta del consolador en la entrada de mi culo y la cabeza de su pene en la entrada de mi sexo y empujo con firmeza.

Ambos miembros desplazaron los umbrales sedientos de mis aberturas hasta desaparecer dentro de mí cuerpo; atrapé sus senos chupándole  ávidamente los  pezones;  continúo penetrándome incansablemente por el culo y por la vulva hasta lograr que nos corriéramos conjuntamente.

Invertimos la posición; su cuerpo escultural yacía sobre el lecho;  doble sus torneadas piernas  contra sus senos;  mire embelesada sus redondas nalgas;  en el centro se mostraba entreabierto el orificio del culo; busqué el  miembro artificial más grande que tenía.

Encontré un  consolador negro y grueso que constaba de dos penes unidos con un tope en el centro, lo  lubriqué con la esperma que goteaba de mi vulva introduciéndome  un extremo por completo;  la punta de otro extremo la coloque  en la entrada del ano de Estebana.

Se lo deje ir con el peso de mi cuerpo haciendo que penetrara hasta la mitad; un gemido de satisfacción me indico el placer que le proporcioné; el culo de Estebana  estaba acostumbrado a recibir miembros por lo tanto no fue una sorpresa si no un gozo; seguí embistiéndola hasta lograr una penetración total; comencé a masturbar su pene erguido que estaba entre nuestros pubis.

Continuamos culeando hasta derramarnos nuevamente; el esperma salió en disparos embarrando nuestros vientres, mi vagina se contraía espasmódicamente mientras nuestros cuerpos desfallecían.

Quedamos tiernamente abrazados, los besos y caricias continuaron  reavivando nuevamente el deseo; le pedí que me poseyera como un hombre; que quería sentirme sometida a su antojo;  asintió con la condición que me colocara sobre el lecho de espaldas  a ella.

Me coloque de rodillas,  mi torso sobre el lecho presentándole mis nalgas; se colocó tras de mí y me penetro de un solo envión; sentí sus huevos golpear mi clítoris; una, dos, tres, cuatro penetradas; lo sacó chorreante y me lo incrusto en el culo con violencia.

Me tomó  desprevenida sacándome un grito desorpresa; levante la cabeza apoyándome en los brazos; Estebana aprisionó mi cabello con rudeza templándolo hacia atrás a la vez que embestía mi trasero con fuerza haciendo la penetración más profunda y poderosa.

Nunca antes me habían tratado así por consiguiente la sensación fue de sometimiento; sus huevos azotaban mi chocho a la vez que sentía el émbolo de carne rellenar mi culo con violencia; no pude soportar aquella tanda de verga y estalle en un agónico orgasmo.

Note un sabor salobre en mis labios percatándome que eran las lágrimas que brotaban de mis ojos y los sollozos que me atacaban producto de la culeada  que me había proporcionado Estebana; Jamás había sentido esto antes.     

Así continuamos culeando el resto de la noche hasta saciar nuestra lujuria; para concluir les cuento que Estebana se fue a vivir conmigo y fueron muchas sesiones de sexo que hemos tenido desde entonces y que quizás les narre alguna en otra ocasión.