Desde primaria somos mejores amigos Carlos y yo. Innumerables pijamadas hicimos, por lo tanto conozco bien a su familia, su padre Don Marcos que vivió toda la vida al otro lado del mundo, y su madre Ana. Desde los 15 años, recuerdo que me empezó a cruzar por la cabeza que Ana era una mujer sexy, era delgada, pelo marrón, unos pechos preciosos y grandes y un culo muuuy decente. Me trataba mejor que cualquiera de los otros amigos de Carlos. 

Crecimos y la última vez que vi a Carlos y a Ana fue en una fiesta a mis 17. Terminé muy borracho vomitado y todo, luego nos fuimos a vivir a otra ciudad y no volvimos a hablar hasta hace 3 días y 3 años. Como detalle, la mamá dé Carlos tenía 15 años más que yo (tuvo a Carlos muy joven) por lo tanto tendría 36 años y yo 21 para lo sucedido.

Fui con mi novia Amelia, de mi edad y muy sexy a saludar a mi viejo amigo Carlos, que se mudaba a la misma ciudad. Después de una emotiva reunión nos invitó a su casa todo el fin de semana a dormir y todo, ya que su mamá ya estaría ese día. Y ahí estuvimos, toqué a la puerta con mi novia de manos y abrió Ana. 

Se sorprendió mucho y me abrazó:

–   Mírate!!! – me dijo Ana 

–   Ana qué tal cuánto tiempo??

–   Mora como creciste y ese cuerpo?? – exclamó pues, a mis 17 no era muy atlético ni alto, pero a mis 20 empecé juiciosamente en el gym y crecí hasta 1.87.

–   Y quien es esta jovencita ah guapo??

Mi novia saludó. Fué agradable. Hicimos asado y notaba como la mirada de Ana pereseguía mi trasero, cosa que por lo que dice mi novia, soy culoncito. Me tocaba mucho Ana, y a veces se me paraba ahí abajo de solo liberar un poco mi imaginación.

Dormí con mi novia en el cuarto de invitados y era turno de piscina. Mi novia estaba en la piscina con Carlos mientras me asoleaba. 

Pronto, Ana por la espalda me dice que si aceptaba un masaje a lo cual dije que si. Me llenaba mi cuerpo de aceite en la espalda.

–     Que buen cuerpo mi Niño como creciste

Le respondí con una sonrisa. Al voltearme me manoseaba y a veces rozaba mi bulto que trataba de no formarce en el speedo. 

Ana se fue a guardar el aceite y yo entré a la piscina. Luego Ana nos ofreció helado con un traje que dejaba volar mi imaginación. Sabía que estaba mal fantasear con la mamá de mi amigo y más con mi novia al lado. Pero estaba buenísima. Al rato, decidí entrar con mi novia y ver una película mientras Carlos salió a comprar pizza. Mi novia quedó dormida en el sofá entonces se me ocurrió ir a bañarme. Al subir las escaleras estaba Ana. Me miró como si fuera un extraterrestre. Se acercó y me tocó mi desnudo torso. 

–   Como has crecido Alex – me dijo tocando mi pectoral. Estaba muy caliente que mi bulto se notó. Ella me besó rápido y le respondí metiendo mi lengua en sus labios. Ella me agarró el culo mientras entramos al baño. 

Se agachó y bajó mi licra. Chupaba mejor que Amelia. Gemí un poco mientras estaba atento a cualquier sonido. Agitaba suave y sensualmente mientras me miraba. Su lengua limpiaba mi miembro. No le entraba todo pero igual gozaba. Con sus dedos jugaba y a veces me metía un dedo. 

Mi cara de placer la deleitaba cuando subió el ritmo de la agutación. Le dije que sentía que me iba a correr entonces me agarró del culo y me ajustó más con su cuerpo y así me corrí en el inodoro. 

Nos besamos sin importar que me manchara con mi semen cuando mi novia me gritó desde abajo 

–   Amor estás arriba??

–    Si bebé ya bajo – le dije mientras Ana limpiaba mi miembro. Me subí la licra y bajé. 

–  Amor, ya te bañaste?

–  me iba a bañar pero me llamaste amor

–  ah, pues ve y báñate. – nos besamos y llevándome por el impulso le toqué los senos y la aplasté contra el sofá. Me puso las manos en mi pecho y me detuvo. 

–  amooor, estás caliente no?

–  ahh si, con ese bikini me tienes a mil

–  cuándo estemos en casa follamos por ahora compórtate cochino – me dijo riéndose. 

Subi y cerré la puerta del baño con seguro. Abrí la ducha para dicimular y empezamos otra ronda de besos. Ana me besó el pectoral hasta que mi miembro otra vez recobrara impulso. Me nalgueaba hasta que me corrí en su boca. Se limpió con mi toalla y me dijo

–    Alex, estás hecho un papacito, cuando quieras repetir me dices.

Habra segunda parte…supongo….