Estábamos ya tumbadas en la cama tranquilas. La oí suspirar, y dios, eso me puso aún más cachonda de lo que me había puesto ella antes. No podía aguantar más ahí tumbada o tendría que despertarla. Me levanté y recogí mi ropa, así me metí al baño a darme una buena ducha para quitarme todo aquél líquido pegajoso que había quedado sobre mi piel después de aquél desenfrenado momento con mi amiga. Después de unos minutos, escuché unos pasos que venían hacia la bañera. Era ella, con su cuerpo aún desnudo y marcado de mí. Sonrió. Fue la sonrisa más bonita que había visto sin duda. La invité a que pasara, y ella no lo pensó un instante y se abalanzó sobre mí besándome como la primera vez. Me volví a correr. No comprendía como era tan jodidamente perfecta capaz de hacerme sentir toda una guarra con sólo rozarme. La senté sobre mí con sus piernas abiertas mientras el agua corría bajo nosotras y mis manos tocaban todo su cuerpo, poco a poco, mientras seguía besándome. Llegué a su coñito. ¡Dios, pero qué cosa tenía entre mis manos! Lo sobé todito:$ y la vi estremecerse, así que paró de besarme para morderme los labios. Parecía que lo hacía con tanto placer como yo, pero qué va, lo que yo sentía era inexplicable. Así que no me lo pensé, esta vez era yo la que se sentó sobre ella y sus piernas abiertas para mí y mis largos dedos. Se los metí. Muy duro, pero con cuidado para no hacerle daño. Ella gemía y yo seguía masturbándola y llena de placer. Con la otra mano la rozaba todo el cuerpo hasta llegar a sus tetas, las acariciaba fuertemente mientras seguía metiendo y sacando mis dedos de su vagina y ella gemía. Gritaba mi nombre con tal intensidad que me ponía aún más cachonda, y le pedí que me lo tocara, que hiciera de mi coño su tesoro y su cena si así lo quería. Lo lamió, ¡dios, qué placer! Me corrí en toda su boca, y ella aún así no paraba. Podría seguir, pero creo que mi amiga ya tiene suficiente placer por hoy. Riéte pequeña, pero yo lo he disfrutado mucho;). Te amo bebé<3.