En una tarde en que Jaime y yo quedamos solos en la casa decidimos jugar en el jardín, ambos vestíamos shorts y camisetas ligeras. Cada vez que saltaba Jaime sobresalía su pene haciendo un bulto, miraba el mío pero era pequeño.

Estuvimos largo rato jugando y decidí parar para orinar sobre unas plantas, Jaime se acercó mirándome el penecito que tenía, se sonrió, sacó el suyo moviéndolo y agitándolo para todos lados, miraba su acción y le imitaba, me pregunto acercando mi pene a mis caderas: «¿Te gusta?»

Lo sentí rojo y muy tibio, le respondí «si» Soba su pene por la rayita de mi culito, me hace poner en cuatro bajándome el short hasta los tobillos, empieza a culiarme el culo por mis cachetes, Jaime me pregunta «¿quieres que te culee?» le respondí asintiendo, me ayuda a subirme el short, me abraza, une sus mejillas en las mías y de inmediato caminamos a mi cuarto, ambos con los penes parados, Jaime sobándome el culo por entre mi interiores y besándome el cuello y la barbilla, buscaba mis labios diciéndome «Vamos a culiar rico» «Toda la tarde es nuuestra» «Te va a gustar» sólo me limitaba a escucharle.

Me acuesto boca arriba sobre mi cama, me desnuda Jaime de a poquito con mucha suavidad con sus manos, observa con gusto que sobresale mi pene parado, Jaime se desnuda y se monta encima de mi uniendo nuestros penes y me decía «Mira como te culeo, es riiiico» en verdad así los sentía, era fabuloso la forma en que se movían mis pelotas, Jaime cerraba los ojos en señal de placer, me besó apasionadamente, me dejé, sentí su cuerpo tibio, sentí su lengua sobre mi pecho y sentí mis tetillas chupadas y mordisqueadas sutilermente por los dientes y labios de Jaime, me chupó el mentón y me besó con lengua.

Me voltee mostrándole mi culito, con sus manos lo abrió y suavemente con crema lo lubricaba con el dedo medio, yo me extrañé y le pregunte «¿Qué haces?» me contestó: «Con esto sentirás más rico el culeo» estaba tan excitado que confié su acción, sentí la cabecita de su pene entrar en mi culito, ya casi no me dolía, trataba de mirar su pene como bombeaba mi culito hasta que otra vez sentí ardencia, Jaime lo sacaba y lo metía suavemente, me decía «Me gusta tu culito, eres rico» me esforzaba por resistir la embestida de su pene pero flaquee por la ardencia, me hice de lado vi su rostro de satisfacción me volteó y con su pene frotaba mi espalda y mis cachetes.

Se sentó en el filo e mi cama y chupé su pene tibio, me dijo que le pase mi lengua por debajo de sus pelotas y al hacerlo vi que salía la orina que caía al piso, mientras eso sucedía, me masajeaba el cuello y besaba mi pelo con placer teniendo mi culo en sus manos.

Me sentó en la cama, chupó mi pene ricamente, me electricé de placer cuando sentí su lengua por debajo de mis pelotitas, se puso mi pene rojo, más cuando me viró y pasó su lengua desde mis pelotas hasta la raja de mi culo y coxis.

No olvidaré jamás esa culiada porque despertó aún más apetito sexual. Nos levantamos y desnudos nos fuimos al baño debido a la libertad de estar solos, estando allí, me enjabonó el pene y mi culito frotándolo ante el suyo, esa sensación fue rica lo que terminamos besándonos, Jaime, mi maestro sexual.