Caminaba por una quebrada con hermosas cascadas, había subido mucho y ahora bajaba cuando encontre una pareja homosexual teniendo sexo. El pasivo era un chico rubio, y el activo un hombre negro del pueblo. El rubio de 1.75 cm y delgado con un trasero redondo, el negro de 1.90 o más, muy fuerte y bien dotado. El chico rubio gemía como loco de placer y eso me excitó mucho y sentí curiosidad.

Empecé a seguirlos y los vi copulando muchas veces, la cara del chico rubio era de completa felicidad cuando estaba con su amante. Empecé a masturbarme imaginando que yo era aquel chico, y empecé a deslizar mis dedos en mi ano, luego un pepino pequeño y descubrí que me gustaba.

Una mañana en el pueblo me sentí muy atraido por un pescador, era alto, muy fuerte, y se le notaba un gran bulto. No pude discimular mi mirada. El también me miró y empezó a hablarme. Yo me puse muy nervioso, sentí que me sonrojaba, y mi pene se erectó con violencia. El me dijo que se llamaba Maykel y me invitó a una playa en su peñero. Acepté.

Al llegar me beso con deseo y lujuria largo rato sin que me opusiera. Yo solo temblaba de miedo y deseo mientras me desnudaba y me abracé a su cuello. Maykel me hizo mamarle el huevo hasta que eyaculó en mi boca pidiendome que me lo bebiera todo, lo que hice fuera de mi, saboreando a un macho por primera vez. Al pararme mi tomó las manos y me dijo: «Me gustas mucho» y me hizo acostar sobre una toalla y empezó a acariciar mi espalda, era delicioso y saber lo que me haría me volvió loco de deseo. Maykel colocó un lubricante muy baboso en mi ano después de estimularme largamente con su boca, y yo levante y abrí provocativamente mi trasero para él. Colocó su pene en mi ano y lo deslizó sin resistencia, sentí una molestia y luego una punzada y mi ano permitió que su pene se hundiera completamente en mi cuerpo.

Sentí por primera vez que estaba completo, que era parte de él, sentí que le pertenecía, que era su mujer, y un tremendo orgasmo explotó en mis entrañas. Maykel empezo a cogerme y se que gemí, jadeé, chillé, y grité fuera de control mientras me cogía. Al eyacular empecé a llorar con mucho sentimiento y el me abrazo con ternura y preguntó si era mi primera vez. Le dije que si y el me preguntó si quería ser su hembra. Asentí y empezó a besarme.

Maykel me hizo el amor 6 veces esa tarde, al volver al pueblo sentía que lo amaba. Maykel me pidió que me depilara completamente el cuerpo y pintó las uñas de mis pies, mo hizo ir a la playa en hilo dental, y me forzó a salir del closet. Al enterearse mis padres me votaron de la casa y ahora vivo con mi bello y viril negro como su hembra, y todos saben que él es mi macho