Por un lado jamás entendí porque los chicos al mismo tiempo se celebraban entre sí cuando uno de ellos revelaba que ya se había masturbado pero luego molestaban a otro todo el tiempo llamándolo «chaqueto» (lo que significa que es alguien que se masturba). Yo y mi grupo de amigas por otro lado casi no hablábamos sobre masturbación pero si nos emocionabamos al escuchar las historias de las demás cuando contaban si ya habían tenido un «faje» (toquetearse) con alguien.

Una noche, normal como cualquier otra, aliste mis cosas para el día siguiente y me fui a dormir. Acomode una almohada entre mis piernas y al parecer estuve muy inquieta, pues, cuando menos lo imaginaba me despertó una sensación extraña pero muy placentera. Sin saberlo, había tenido mi primer orgasmo.

Pase los siguientes días buscando información en internet de como podía volver a tener uno. Y después de pasar desde videos porno hasta blogs de medicina y educación sexual, finalmente tuve una idea de cómo hacerlo, al menos en cuanto a la parte mecánica/física.

Una tarde después de haber tenido una larga sesión de besos con mi novio de ese momento después de la escuela, llegué a mi casa y aún llena de excitación y emoción corrí a mi cuarto; cerré la puerta y me desvesti casi por completo dejándome solo la ropa interior y mis medias/calcetas de la escuela. Comencé a tocarme recordando los besos y las historias de mis amigas, poco a poco sentí como me mojaba más y más, sentía mi rostro caliente al igual que mis muslos. Cuando la excitación y humedad eran demasiadas comencé a introducir mis dedos y después de unos instantes volví a tener la sensación de aquella primera vez pero mucho más intensa, incluso tuve que cubrir mi boca pues sentí que estuve a punto de soltar un pequeño grito de placer.

Y fue así como ocurrió mi primera vez… Sola.