Al parecer tuvo un dolor en nalga y muslo, y acudió a algunos doctores y fisioterapeutas sin mucha mejoría y le comentó a mi ex que si podía llamarme a mi para que la viera, a lo cual ella no quiso, le dijo que ella me buscara. Así que estando yo descansando me llegó un mensaje:

“HOLA, SOY MAGGY TÚ EX SUEGRA” vi el mensaje y en seguida llegaron otros. No supe que hacer. Pensé que tal vez iba a decirme sobre su hija y relación conmigo. Tomé el celular y lo abrí, y ya leí que si podía verla para el dolor que tenía y le contesté que si podía pero como vivo en otra ciudad si podía ir a verme ahí. Me contestó que si podía ir a su casa que le dolía mucho y no podía caminar bien.

Total que le puse de condición que fuera en horario que su hija no estuviera y me dijo que solo como 20:30 y quedé de verla entonces. Ese día llegué y platicamos un poco, me dijo que la revisara, le pedí que se pusiera un short para poder revisarla. Mí suegra tiene buen culo igual que su hija aunque poca teta, tendrá 45 años. La revisé y parte del tratamiento es terminar con un masaje descontracturante. La vi en 5 ocasiones porque no se descontractura en una sola sesión, y en la última sesión ya realmente solo fui para poder agarrarle el culo masajearla a gusto, ya que estaba mucho mejor.

Llegué y le pregunté cómo estaba me dijo que ya mejor pero un poco adolorida, le pregunté si le dolía aún el músculo, me dijo que no. Le dije que entonces sería un masaje diferente más como relajante, me dijo que si había algún problema porque no se había alcanzado a bañar le dije que no. Y me dijo que estaba bien. Así que se acostó traía un short un poco largo. Saqué un aceite y empecé a masajear desde la pierna, suave y poco a poco fui subiendo hasta llegar al muslo, realmente no lo masajea era más bien como tocarlo rítmicamente para sentirlo todo, fui subiendo y al llegar a la parte superior el short me estorbaba.

No dije nada pero me obstruía y ella lo notó, me dijo que si se lo quitaba para que no estorbara le dije que si no había ningún problema se lo quitara y se levantó y se lo empezó a bajar. Me miró con una mirada coqueta sonriendo y me dijo “¿así está bien?” La miré, traía un cachetero de encaje rosa, y se le marcaba la pata de camello muy rica. Ella notó que mi mirada se quedó fija ahí. Y se rio. Se acostó.

Continué masajeando, y al pasar mis dedos cerca de su entrepierna sentí el calor de su vagina, empecé a masajear más lento para sentir mejor su calor, el cual iba aumentando se podía notar, y le pregunté cómo iba el masaje, me dijo que se estaba relajando muy bien. Empecé a masajear su nalga pero como traía el cachetero, pues la mano no mantenía su flujo normal que donde estaba la piel, le dije que si se lo podía subir un poco para que no estorbara, y me dijo ¿quieres que me lo quite también? No supe qué contestar, no quería ser tan directo ni hacer ver como que yo quería desnudarla, y le dije “si, pero…” “¿pero qué?” Me contestó, “pero si quieres yo te lo quito” no sé porque lo dije, bueno si sé porque más bien no sé cómo es que se lo dije. Se rio y me dijo que estaba bien, un poco atrevido de mi parte pero que estaba bien.

No le contesté, me limité a quitárselo, ella levantó un poco la cadera para poder bajarlo, tenía unas nalgas muy ricas, como las tienen las maduras, de verdad ya se me antojaban darles una mordida o un beso negro. Como no se había bañado se percibía un ligero olor que salía tanto de su vagina como de su culo. Le empecé a masajear la nalga ahora si completa y un poco a drede se la abría suavecito a ver si le podía ver su ano, y pasaba mis dedos cerca de la parte de en medio y de su vagina la cual se sentía muy caliente. Me dijo que si no iba a masajear la del otro lado.

Eso me hizo pensar que le estaba gustando y lo estaba disfrutando así que seguí le dije que en cuanto terminara de este lado pasaba al otro. Pero antes de pasar al otro lado, con mis dedos empecé a pasarlos más cerca de su vagina de manera que toque un poco su vagina, la cual se sentía caliente y húmeda y gimió un poco.

Me pase a masajear el otro lado y fui acercando mi entrepierna a su mano la cual tenía al lado de su cadera. Primero le di como un toque y después lo fui dejando un poco más, ya la tenía muy dura, y ella empezó a mover sus dedos, y cuando tocó mi verga dura, empezó a mover los dedos recorriéndola toda, ya estaba listo, ya sabía que ya era cuestión de tiempo. Le empecé a tocar la vagina y gimió otra vez, metí mis dedos y solo gimió, estaba muy mojada, saqué mis dedos y los olí, olían a vagina mojada, ese olor tan peculiar, tan rico, los volví a meter y ella agarró mi verga encima del pantalón, la frotaba, rápido y fuerte, me lastimaba, le detuve la mano y me desabroche el pantalón y ella me miró y me dijo “¡quiero verla!”