
Por
Anónimo
Así fue mi primera vez
Esta es una historia real. Después de muchos años he decidido escribir los hechos que me sucedieron siendo yo un adolescente de quince años de edad y aunque nunca se me ha dado muy bien escribir intentaré hacerlo lo mejor posible, y pido disculpas a quienes lean este escrito por los posibles defectos que pueda tener. Por razones obvias para este relato usaré nombres ficticios, por lo tanto a partir de ahora mi nombre será Jaime. Tengo en la actualidad 49 años y aunque actualmente estoy divorciado, he estado casado en dos ocasiones y soy padre de cuatro hijos, tres chicas de mi primer matrimonio y un varón del segundo. Pero vayamos al principio de esta historia cuando tenía la edad que antes he mencionado. Yo era un joven activo, con muchos amigos me encantaba jugar al futbol y acudir al cine siempre que podía. De entre todos mis amigos había uno cuya amistad era para mi, y para él también, la más importante, éramos grandes amigos, siempre estábamos juntos y era muy normal que tanto él como yo, acudiesemos a la casa del otro y conocíamos muy bien a las respectivas familias. Era habitual entre nosotros el vernos por la tarde después de acabar las tareas del colegio, si yo acababa antes iba a su casa a buscarlo para salir, si él acababa antes venía a mi casa a esperar que acabara con los deberes. Hasta aquí todo parece bastante normal, supongo que como tantos otros casos de buenos amigos que más que amigos parecían hermanos, entre nosotros no había secretos. Bien, una vez hecha esta pequeña introducción entraré sin más en los acontecimientos. Un buen día como tantos otros la normalidad se rompió para siempre, y sucedió algo importante para mi sin duda algo que recordaría toda mi vida. Era una tarde del mes de julio más o menos a las siete de la tarde, yo salía de mi casa para ir a buscar a mi amigo e irnos a entrenar como solíamos hacer siempre y cuando llegué, en el portal de entrada del edificio en donde vivía mi amigo coincidí en la puerta con una mujer alta de estatura seguro que era más de 1,70 m. vestida de negro de piel muy blanca y cabello castaño oscuro, tenía muy buen tipo a pesar de que ya no era tan joven, a mi me pareció que rondaría los 45 años. Venía de hacer la compra en el supermercado ya que llevaba las dos manos ocupadas con las bolsas llenas de productos. No era la primera vez que me cruzaba con ella, la había visto en anteriores ocasiones cuando nos cruzabamos en la escalera. Al llevar las manos ocupadas me pidiò si le podía sostener las bolsas de la compra mientras ella sacaba las llaves ya que al ir tan cargada le sería muy dificultoso, por supuesto accedí a ayudarla y mientras ella buscaba las llaves en el bolso yo le sostenía las bolsas. Una vez dentro del edificio y ante la perspectiva de tener que subir por las escaleras cuatro pisos, ya que el edificio no disponía de ascensor, me propuso ayudarla a subir la compra a cambio de una propina. A mi me pareció genial, de aquella manera tan simple me podría hacer con algo de dinero, que nunca viene mal. Me senté comodamente a esperarla.
Ella salió de la habitación con una bata de estar por casa, me fije que no llevaba nada debajo y al agacharse para sentarse en la silla frente a mi pude verle el pezón de una de sus bonitas y grandes tetas, ella se dió cuenta de que me había fijado en sus senos -¿no has visto nunca una mujer desnuda? me dijo con una sonrisa pícara, -pues� la verdad… no . Le dije casi artamudeando.- Pero como? un muchacho tan guapo como tu y aun sin saber como es el cuerpo de una mujer?-. Bueno he visto fotos de mujeres en alguna revista. Ella notaba que mi vista se iba con frecuencia a su escote, y yo la verdad es que no lo podía evitar. Quieres ver mis pechos me preguntó. Hice un gesto de afirmación con la cabeza y ella esbozando una leve sonrisa desabrochó un par de botones y dejó caer su bata hasta la cintura. La verdad es que eran unos pechos preciosos, grandes y erguidos con prominentes pezones apuntando bien alto. Quieres tocarlos? me preguntó a lo que yo volví a responder moviendo la cabeza afirmativamente. Ven, acércate, me dijo. Puedes tocarme los pechos, no tengas miedo. Le puse una mano mia en uno de sus pechos e intente apretarlos con mis dedos. Primero con suavidad, dijo ella, y luego un poco más fuerte. Hice tal como ella me iba indicando. Te gusta? me preguntó. Mucho. le respondí, sus senos eran duros y turgentes. Puse la otra mano en el otro pecho y empecé a hacerle un masaje con las dos manos al mismo tiempo haciendo círculos alrededor de los pezones que empezaran a crecer al contacto de mis dedos. Ella cerro un poco los ojos y empezó a respirar diferente, yo la verdad es que con mis quince años y mi nula experiencia en sexo todo era nuevo para mi, yo en aquel momento no lo sabía pero el caso es que aquella mujer estaba gozando con el masaje que le hacía en los pechos. Después de unos minutos me pidió que besara sus pechos, acerqué mis labios y empecé a besarlos pasando de un pecho al otro sin dejar de masajearlos con las manos y apretando con más fuerza sus enormes pechos con mis dedos. Chúpame el pezón, por favor, rápido� chúpamelo, chúpamelo� mi boca se abalanzó sobre uno de sus pezones y empecé a chuparlo con fuerza, como si fuera un bebé hambriento chupando la leche de su madre hasta vaciarle los pechos y no dejar ni una sola gota de su blanca y caliente leche. Estuve varios minutos comiendome aquellos sabrosos pechos disfrutando de sus jugos, mientras ella gemía cada vez con más intensidad, hasta que apartó mi cabeza de entre sus tetas y mirando a mis pantalones vió que yo tenía una gran erección. Empezó a desabrocharmelos, me bajo los pantalones y la ropa interior y mi verga totalmente hinchada quedó a la altura de su cara. Que polla tan preciosa tienes, con lo joven que eres y tienes una polla más grande que la mayoría de hombres que he conocido. La verdad es que en ese sentido no me puedo quejar, la naturaleza ha sido generosa conmigo. Me agarró la dura verga y empezó a acariciarla entre sus manos, guau que capullo tan gordo tienes, me dijo mientras miraba extasiada mi polla. Acercó su boca a mi verga y se introdujo aquel pedazo de carne dura como la piedra, era tal el grosor de mi glande que le llenaba por completo su boca. Aquella visión me excitó muchísimo, sus labios carnosos de carmín rojo intenso se deslizaban por la piel de mi glande introduciendo y sacando continuamente de su boca aquella cabeza de color morado oscuro casi negra por la excitación. Nos acabamos de desnudar completamente y me condujo hacia su dormitorio. ella iba caminando delante mio con su mano en mi polla tirando de mi. Al llegar se estiró en la cama y se abrió totalmente de piernas. Ven, ahora me penetrarás, se que no lo has hecho nunca pero yo te enseñaré, acércate y estírate encima mio. Cuando lo hube hecho me tocó los testículos y me dijo; -ya veo que hace mucho tiempo que no te corres, tienes lo huevos llenos de leche- dejo los testículos y me agarró la polla, restregaba el capullo arriba y abajo resiguiendo su vagina suave y bien rasurada, parecía la concha de una niña pequeña, aquel coño me pareció una imagen divina, extasiadora, miraba como ella lo acariciaba con mi miembro hasta detenerse justo en la entrada -ahora ves empujando lentamente, quiero notar tu enorme capullo como se abre paso dentro de mi coño- mi polla entraba poco a poco, enseguida sus jugos vaginales brotaron con fuerza lubricando todo mi glande que ya estaba totalmente dentro de su vagina- umm� que maravilla de verga que tienes, es muy placentera, ahora sigue empujando y acaba de introducir toda tu polla, me muero de ganas- Ella puso sus manos en mis nalgas y empujó haciendo fuerza para que la penetrara bien adentro -ummmmm… que gusto�.., que polla tan grande tienes, para ser un chico de quince años estás muy bien dotado- de su garganta salió un agudo chillido cuando la cabeza de mi pene alcanzó el fondo de su vagina -aaaaaaaaaa�..ahora dame fuerte cariño�.. aaaaaaaa�.. dame fuerte�..más �…así �.muy bien. Mi polla dura como la roca entraba y salía de su coño sin parar, sus gemidos eran cada vez más seguidos, más intensos hasta que explotó en un grito de placer cuando le vino el orgasmo acompañado de una gran cantidad de jugos vaginales internos que empaparon mi verga por completo. Yo seguí follándola con fuerza y no tardó mucho en llegarle un segundo orgasmo, pero ahora ya gritaba como una loca -aaaaaaaaa�…aaaaaaaaa�..aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa�..oummmm�..aaaaa���.aaaaaaaaaaaaaaaaaaa�…uuuummmmm�. que gusto, eres maravilloso��.genial- Mientras la miraba bajo mi en la posición del misionero me apoyaba en la cama con los brazos extendidos nuestro contacto era casi solo en la parte de los genitales, me pareció muy excitante ver aquellos pechos hincharse al respirar, sus pezones erectos, duros y largos parecen querer salir disparados como proyectiles, me dejé caer sobre su cuerpo y mi boca buscó uno de sus pezones, lamiendolos y chupandolos con mucha pasión. De pronto noté que mi orgasmo era inminente, una sensación de gran placer recorrió todo mi cuerpo, un placer como jamás había conocido, un placer tan intenso que era incapaz de mover mi cuerpo, me quedé totalmente paralizado, extasiado es difícil describir con palabras la impresionante sensación que embargaba hasta la última célula de mi cuerpo, mi semen empezó a moverse en mis testículos se revolvía como esperando una señal, yo me moría de placer, estaba en otro mundo, flotando en un mar de tormentas de placer, de gozo infinito, estaba convencido que no tardaría en correrme, la primera oleada de esperma ya habían salido de los huevos y se dirigía velozmente hacia la salida. Echado encima de aquella mujer con toda mi verga introducida totalmente dentro de su vagina, noté como un primer chorro de leche golpeaba con fuerza la pared de su útero, ella se percató de que me estaba corriendo y le llego un fortísimo orgasmo -aaaaaaaaaaaaaaaaaaaa�…si�� venga, dame toda tu leche��…uuummmmmmmm��. que leche tan calentita
tienes��.mmmmmmmmm�…me hierve el coño���..ummmm, que rico- Noté como un segundo chorro de leche salió disparado volviendo a chocar violentamente en el interior de su coño -ummmmmm�…más��.quiero mas leche�…quiero toda tu leche dentro de mi- me decía mientras se retorcía de tanto gozar. Aquella mujer me volvía loco de placer, me apretaba contra ella con fuerza, sus uñas se clavaban en mis nalgas como si quisiese que la penetrara más profundamente, pero eso era imposible, los 21 cm de mi pene estaban totalmente introducidos en su vagina, mi capullo muy hinchado por la excitación había traspasado el cérvix adentrándose en la cavidad uterina y parándose junto a la entrada de los conductos de las trompas de falopio, cuando noté que otra descarga de semen se aproximaba, de mis huevos volvió salir el blanco y espeso líquido. Su útero ya debería estar lleno de mi leche, pero yo aun no había terminado, dos nuevos chorros de leche casi seguidos se alojaban en lo más profundo de aquella vagina. Ella no paraba de gemir, un intenso y prolongado orgasmo estaba teniendo, su cuerpo se arqueaba hacia arriba por el goce que le producía mi polla que estaba quieta, sin apenas moverse dentro de su gustosa cavidad, mientras los últimos chorros de semen, ya no tan intensos, salían de mi miembro dejando mis testículos totalmente vacíos. Nos quedamos estirados, yo encima de ella, jadeando, agotados por la intensidad de aquel acto, Después de unos minutos ya estábamos más calmados, nos miramos y ella me paso sus manos por la cabeza y la acercó hasta que nuestro labios se encontraron. Nos estuvimos besando un buen rato, apasionadamente, nos penetrábamos con nuestras lenguas que se enroscaban sin parar. -Que bien me has dejado, he tenido un montón de orgasmos. Ahora ya eres un todo hombre, has follado por primera vez a una mujer y lo has hecho muy bien, tienes una polla muy rica y seguro que tendrás mucho éxito con las mujeres- unos momentos después me separé de ella, poco a poco mi pene iba saliendo de su caliente coño, cuando el capullo hubo salido del todo un chorro de leche salió a presión de su vagina como cuando se destapa una botella. Guau cuanta leche me has metido dentro, es muy blanca y espesa eres un buen semental, noto un calor intenso en los ovarios, seguro que ahora ya estoy preñada. Nos levantamos y nos fuimos al baño a darnos una buena ducha los dos juntitos, nos enjabonamos el uno al otro y nos reimos mucho. Nos hicimos buenos amigos y como se pueden imaginar con el tiempo pasaron más cosas pero eso ya es otra historia y quien sabe, si me decido la contaré en un nuevo relato. Saludos.
2 respuestas
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