Por

Anónimo

marzo 22, 2015

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Mi Hijo Me Presentó Como Su Novia

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Mi hijo Ing. civil obtuvo un buen trabajo en una importante compañía constructora, eso el año pasado y para la despedida del año nuevo me pidió que lo acompañara a la cena.

El Ing. es mi hijo mayor y tiene 25 años, el que está por salir de economista y tiene 23, yo tengo 41 diez años menos que mi esposo.

Mi hijo en cuestión mide 1.75 y es atlético debido al deporte (2 horas de gimnasio 3 ó 4 días a la semana) por lo demás se parece a su padre que no es feo aunque es más bajo y con tendencia a engordar.

Yo soy un poco corpulenta sin llegar a la obesidad, mi pelo es quebrado y castaño también tengo los ojos cafés claros, el medio masculino me considera guapa y mis labios son muy sensuales, bueno, eso es lo que me han dicho, y de cuerpo aun a mi edad no me quejó pues lo cuido con dieta y un poco de ejercicio (casero), mido 1.68 sin zapatos y ando entre: «98-66-98», y según mis hijos parezco hasta «actriz» también por mi buen gusto en el vestir, además casi no uso maquillaje y mi piel coserva cierta lozanía natural.

La navidad la pasamos en casa pues por esas fechas no nos gusta salir de la ciudad, y dos días antes del 31 de Dic del año pasado mi hijo el mayor me pidió que lo acompañara a la cena de su trabajo, que sería en un salón próximo a la compañía.

Mi esposo contador público también

tendría una reunión

con los compañeros del despacho, y por igual quería que lo acompañara; y luego de ponernos de acuerdo: yo iría a la reunión con mi hijo mayor, y el se acompañaría con mi hijo el menor que aceptó de inmediato ir con su padre (pues le gustaba brindar con él).

Yo me puse un traje sastre de lana gris perla, una blusa color hueso igual que el liguero y un tanga amarillo, y a mi hijo le gustó mucho como iba vestida y mi peinado al hombro y mis zapatillas marfil; de modo que iba encantado conmigo. Nos despedimos de mi esposo y mi otro hijo, y nos hicimos las recomendaciones correspondientes: «no vayan a tomar, no vengan muy tarde y se portan bien».

Al entrar al pequeño pero elegante salón nos recibió un Ing. de edad madura (unos 50 años), y era jefe de mi hijo el cual sorpresivamente me presentó con él como «su novia»… yo de pronto me turbé pero reaccionando sonreí y le alcancé mi mano, y el Ing. caballeroso besó el torso de mi mano; después me presentó con otro Ing, y su esposa también como «su novia» y posteriormente con otras personas más.

Se sirvió la cena y luego del brindis y las felicitaciones y los abrazos empezaron a bailar varias parejas, y fue cuando mi hijo que me tenía bien abrazada como si en verdad fuera su novia me llevó a la pista para bailar.

Era música de orquesta instrumental, y al ritmo suave nuestros cuerpos se emezaron a rozar y él como mi novio me apretó más, fue cuando lo miré a los ojos con naturaleza y entre la proximidad mi hijo me besó en los labios, instintivamente quise rechazarlo pero él me estrechó más y me dijo al oído: «acuérdate que eres mi novia mamita».

De súbito me acordé de estos «relatos eróticos» y si yo los leía era obvio que mi hijo los leyera también, y pensé que esa escena podría prolongarse a una situación incestuosa como la vivida en los relatos. Pero al sentír el calor del cuerpo de mi hijo estrechándome como su novia, por no dojarlo quedar mal me dejé llevar sin medir las consecuencias; él me empezó a besar el cuello sutilmente y otra vez la boca que terminé por corresponder sus besos, no tan eróticos pero no dejaban de ser besos sensuales propios de novios; y así seguimos bailando otras piezas con apapachos y besos y palabras dulces.

Eran a las 23 horas cuando pasamos a retirarnos, y el Ing. jefe de mi hijo volvió a besar el torso de mi mano: «y se despidió de mi hijo felicitándolo por tener una novia muy hermosa», detalle que puso por las nubes.

Salimos abrazados y besándonos y entre la penumbra del estacionamiento empezaron los besos de amantes (de lengüita) prolongados, nos subimos a la camioneta y en lugar de dirigirnos a la casa tomamos el rumbo contrario, hacia la autopista de Querétaro y en el primer motel atractivo entramos.

Yo no lo creía, no habíamos bebido mas que champaña y un par de cubas, pero a mí se me hacía algo irreal estar con mi hijo a solas y quitándonos la ropa uno a uno, ya desnudos comenzó el ritual del sexo y amor e hice todo lo practicado con mi esposo y los anteriores hombres con quienes había estado, además me acordé otra vez de los relatos: «le tomé la verga palpitante y erecta hacia arriba y la metí en mi boca como una barra de camote de como 20 Cm que lógicamente no me cabía toda, chupé vario rato y le lamía los huevos y le sobaba las nalgas hasta que sentí el chorro caliente de sus espermas; lo sacó de mi boca y en seguida se volvió a erguir con sólo acariciarlo con mis manos; fue cuando me volteó boca abajo abriéndome las nalgas para chuparme el orto y mi cocho, yo estaba mojada de la vulva y el culo lo tenía resbalosito de tanta saliva, y lo apresuré para que me lo metiera por donde ninguna verga había entrado: me puse a gatas abriendo los muslos y con mis manos mis nalgas: «méteme el pito por atrás hijito vas a ser el primero». Sí mamacita chula, me dijo, y como ya iba preparado el canalla sacó un lubricante que nos aplicamos… y luego de algunos empujoncitos y la buena voluntad de mi culo ardiente y un poco adolorido,

fui siendo penetrada hasta que entre metidas y sacadas todo se convirtió en gozo.

Ya más en la madrugada quisimos comunicarnos con mi esposo pero no contestaba su celular, ni contestaba su celular mi otro hijo, por lo que nos olvidamos de ellos y seguimos con nuestro infinito (69); después vino una penetración por mi deseosa vagina y tuve a mi hijo por donde salió un día, y fue una emoción indescriptible.

Toda la noche cogiendo. Y a las 6 de la mañana por fin me comuniqué con mi esposo, él me contestó con voz ebria: «estamos en Querétaro, le dije, nos invitó el Ing. Rojas jefe de mi hijo a su finca de esta ciudad, vamos a llegar hasta la tarde, cuídense y besos»… «okey, tengan cuidado». Y apagó el celular para seguir durmiendo.

Ya sin preocupaciones nos bañamos y no parábamos de mamar y coger, saliendo de la ducha bajamos almorzar y nos bebimos un par de cervezas, para en seguida subir a seguir cogiendo; más tarde bajamos a comer un poco y otra vez arriba a seguir fornicando hasta que nos dieron a las 6 de la tarde, a esa hora volvimos hacia la casa yo sin calzones y mamándole la verga cada que había oportunidad, y él dedeándome por todo el camino hasta unas cuadras antes de la casa; le subí el cierre y me puse el tanga y entramos a la casa como si nada hubiera pasado.

Y gracias a que me presentó como su novia, con mucho cuidado ahora somos amantes y cogemos y mamamos de lo lindo.


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2 respuestas

  1. nindery

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