Soy trans soy Valeria y esta es mi historia parte 6.
A los siguientes días hablando con mi madre, al verme muy solitaria y cabizbaja, mientras hacia mi tarea en la sala se me acerco de manera cálida, me trajo unos bocadillos, acaricio mi cabello y me invito a ir a un balneario a divertirnos, el fin de semana cordado tenia cita con Alejandro lo cual se lo hice saber, ella me pidió que lo llevara, sabía que éramos novios y estaba dispuesta a conocerlo, aunque ella imaginaba que era amor de niños, jamás le paso por la cabeza que su linda princesa ya practicaba sexo oral, yo acepte la invitación y me dedique a dar aviso a Alejandro para que estuviera preparado y llegara listo.
Ese día desperté radiante, estaba lista para mi gran día de diversión tome un delicioso baño de agua tibia, ya que hacía mucho calor, vi mis trajes de baño, unos eran muy ñoños de una sola pieza, otros ya me quedaban muy pequeños, me puse y me quite cientos, hasta que encontré uno a la medida, muy modesto y sencillo, un bikini azul celeste que encajaba justo cubriéndome mis glúteos apretado pero no tanto, con la parte superior bien rellenito, en su tiempo ese me quedaba grande pero ahora lucia perfecto, di unas vueltas, vi mi trasero pose un par de veces, encima me puse la ropa, una falda de pliegues azul con una playera blanca y unas sandalias blancas. Me hice una cola de caballo, ya estaba lista, prepare mis cosas en lo que apuraba a Alejandro el cual venia en camino, para cuando toco baje hecha un rayo, abrí la puerta lo invite a pasar ya dentro le di unos ricos besos, no quería que los vecinos me vieran así de melosa.
Decidimos esperar en la cochera en lo que mi madre llegaba a recogernos, ya estaba pensando en todo lo que haríamos y más porque mi amado Alejandro vendría conmigo, nos divertiríamos tanto, esos minutos nos comimos a besos debajo del solecito cálido.
Cuando el auto pito fuera de la casa, tome mis cosas y le pedí a Alejandro que debíamos portarnos bien porque mi madre estaría presente, el siendo a veces muy tontín acepto, le di un último pico y salimos cerré el portón, abrí la puerta de atrás de la camioneta y mi disgusto fue evidente, pues Bryan de copiloto estaba ahí aplastado. Tanto hice notar mi enfado que mi madre me levanto la voz, ya fue que me metí yo y luego Alejandro. El balneario quedaba a unos kilómetros llegaríamos rápido pero igual tendríamos viajar un trecho, en el camino sin querer tomaba la mano de Alejandro, mi madre fue interrogando a mi novio, con quien vivía, que le gustaba hacer, si tenía hermanos, su madre, etc. Trataba de detenerla contando algo pero continuaba, hasta que un silencio invadió el auto, fue cuando Brayan ataco, comenzó a hacer preguntas incomodas, comenzó a hablar de transexuales, mi madre se quedó callada ante el tema concentrada en el viaje, el tipo vago solo preguntaba estupideces, así que me avente hacia delante entre los dos asientos de delante, estaba prendiendo el estéreo y tratar de programar el bluthooth, aunque al principio lo hice sin pensar, recordé que llevaba una falda y Alejandro estaba atrás, de reojo me asome y vi a mi novio perdido mirándome fijamente los glúteos que quedaban justo en su campo de visión, regrese y me senté rápidamente. Vi a Alejandro e hice un gesto encogiendo mis hombros como de ya que, sonriendo.
Ya llegando al balneario nos bajamos tomamos nuestras cosas, le avente mi mochila y la de Alejandro a Brayan para que hiciera algo y cargara las cosas como el burro que es. Encontramos una linda mesa con sombrilla en donde nos instalamos, mi madre con un vestido de verano algo entallado, le dio un beso en los labios a Brayan lo cual me hizo enfurecer, yo comencé a cambiarme, no había mucho que modificar pues frente a los dos me quite mi ropa, se me quedaron viendo, claro a Brayan le hacía carotas pero a mi Alejandro le hacía gestos de cariño, fue cuando mi madre salió el vestidor, con un bikini negro, no era tanga pero sus glúteos eran tan grandes que se le metía todo, sus pechos grandes y voluptuosos, llamaba la atención de todos en el lugar, tanto que pasaban a su lado y tenían que voltear la mirada, hasta mi novio la miraba lascivamente, le di un empujón y cruce mis brazos, él se hizo el loco y miro hacia otro lado, cuando vi al vago de mi madre, este si la devoraba con los ojos, aproveche para acercarme a él.
Valeria – eres un idiota. Diciéndole cerca del oído.
Brayan – no sabes cuanta veces me he cogido a tu mamita, princesa.
Me quede a su lado haciendo unos pucheros y un coraje tremendo, mi madre tomo asiento cruzo sus piernas y se puso unos lentes negros, Alejandro al ser muy delgado corrió a los vestidores a cambiarse, fue el momento en que Brayan me tomo de la cintura y me sentó en sus piernas, intente zafarme y lo empujaba pero no me soltaba, hasta que llame la atención de mi madre ella al voltear nos quedamos quietos y sonreímos, como si nada pasara, para cuando se descuidara otra vez forcejear, hasta que mi madre comenzó la plática, llamo al mesero y pidió algo de tomar y botanas, yo ya sentada en las piernas de ese idiota pervertido y mientras mi madre me preguntaba de mis actividades, Brayan aprovecho que me tenía quieta, para posar su mano en mi glúteo, sentía como me la apretaba y la sobaba, comencé a sentir su pene entre mis nalgas, el movimiento de querer zafarme creo lo estaba estimulando más, sus dedos llegaron al lugar prohibido, comenzó a acariciar mi ano, lo movía de arriba hacia abajo, me recorría mi lugar más virgen en todo su largo dedo, cuando mi madre se levantó, saco su bronceador y se dispuso a ir a tomar el sol a unos cuantos pasos de donde estábamos, Brayan saco su dedo de entre mis glúteos, y lo olfateo profundamente.
Brayan – que rico hueles Valeria. Mira me acerco su dedo que hace unos segundos estaba en mi ano y me hizo olerlo.
Brayan – no te gusta? No te gustaría que alguien con más experiencia te penetrara y te hiciera mujer.
Valeria – eres un maldito idiota. Le di un codazo en el rostro me levante y me fui a unos pasos de él. Pero siempre lo mantenía vigilado, no quería se me acercara ese cerdo.
El tipo camino hacia mi madre, se recostó a un lado de ella, y comenzó a untarle bronceador, se lo embarraba en el abdomen y subía para empujar sus senos indirectamente con la mano, bajaba a ponérselo en las piernas, los pies, se acercaba a su vagina de manera peligrosa, no podía creer que mi madre permitiera algo así, la había transformado, parecía una colegiala enamorada de un tipo más joven, para después darse la vuelta y mostrar sus glúteos duros y el traje hundido hasta los más profundo de esas montañas.
Yo me voltee no quería ver más, era una falta de respeto para mí! Cuando Brayan le hizo una señal a Alejandro que fuese a ese sitio sin emitir sonido, se sentaron juntos con mi madre ahí boca abajo servida en bandeja, el tipo vago unto bronceador en las manos de mi novio y le hizo una señal que se lo pusiera y este obediente trago saliva y con las dos manos comenzó a tocar a mi madre, paseaba de sus hombros, a su espalda baja y alentado por Brayan, comenzó a pasar sus manos por los glúteos de mi madre, ella feliz de que la estuvieran masajeando, y este niño tarado ahí todo resignado sufriendo tocando a mi madre, hasta apretaba con sus dos manos las nalgas de mi madre, ella se reía pensando que era Brayan, le abría los glúteos, dejando ver el anillo oscuro alrededor del ano, Alejandro con sus ojos como platos, mirando lo que no debía.
Mariela – ya para Brayan no seas travieso amor.
Brayan – tranquila, es para que tome un color parejo ese cuerpo escultural.
Cuando volví mi mirada y vi a Alejandro abriéndole las nalgas a mi madre, estrujando su trasero. Enfurecí, camine hacia él lo tome de la oreja y me lo lleve, como era posible, delante de mi haciendo esas cochinadas y luego a mi madre, lo fui regañando todo el camino, nos perdimos entre la cantidad de albercas y gente en el lugar, ya estando alejados me pudo contentar con unos besos y unos te amo, nos metimos a unas albercas, jugueteamos, corrimos por todo el sitio, todo era amor y diversión, hasta que vimos un tobogán, estaba enorme y estaba solo, el me animo a subir, a mi casi no me gustaban esas cosas, se me hacía peligroso, pero tomo mi mano y me obligo a subir, eran unas escaleras infinitas, yo iba al frente y cada que volteaba mi mirada Alejandro estaba fijo en mi trasero. En ese instante pensé en las palabras de Brayan, sabia sus intenciones él me quería penetrar, no quería perder la virginidad de esa manera.
Valeria – amor, qué opinas del sexo? Pregunte mientras subía las escaleras sin mirarlo a la cara.
Alejandro – sexo contigo? Pues resulta que yo me pajeo siempre pensando en ti.
No sabía cómo ni cuándo decirle lo hiciéramos, además ya saben que no tengo vagina, segura no se lo iba a confesar, tenía que buscar la manera de que aceptara sexo anal.
Valeria – la otra ves vi un documental, hay probabilidad quede embarazada, y no puede suceder eso es muy peligroso a esta edad, que vamos a hacer!?
Alejandro – entonces para que me preguntas si te da tanto miedo de quedar embarazada. Me preguntaba mientras miraba mi cola al subir las escaleras.
Yo me detuve un momento, lo mire pícaramente, con una pierna elevada a un escalón, lo mire, sonreí, me mordí el labio puse mi mano izquierda rodeando mi abdomen y con la derecha la baje a mi bikini metiendo un dedo desde la espalda baja y bajándolo recorriendo mi glúteo hasta llegar a mi pierna.
Valeria – sexo anal, eso sí podríamos.
Alejandro se quedó atónito sin palabras y solo asintió con su cabeza de manera veloz.
No podía creer que había aceptado, ya solo debíamos acordar el momento y el lugar, por fin llegamos a la sima del tobogán y estaba cubierto de madera hasta el abdomen, me asome para ver el panorama cuando Alejandro mal interpreto las cosas y de manera impaciente me aprisiono contra la barrera de madera, sentía su pene ya fuera de su short haciéndome presión entre mis glúteos por encima del bikini, me lamia desesperadamente del cuello hasta mi oído introduciendo su lengua y haciéndome sentir escalofríos.
Valeria – mi amor enserio? Aquí?
Alejandro – si quiero, ya quiero dejar de ser virgen!
Me quede pensativa un momento, pues si las cosas nos llevaron a ese momento, ya solo teníamos que dar el paso, así que acepte, regalarle mi virginidad, nos besamos, nos dimos un tremendo faje, le pedí que mi vagina no la tocara, eso sería cuando nos casáramos, se lo dije bobamente pues no podía saber mi secreto aun, el solo se dedicó a tocarme mis glúteos como se le dio la gana.
Valeria – mójate los dedos y metelos en mi ano.
Alejandro obediente se chupo los dedos y los fue introduciendo a mi ano, mi agujero no estaba acostumbrado pues yo apenas y lo acariciaba y lo estiraba cuando me masturbaba, el pequeño dedo de mi novia me hacía sentir dolor, sentía como su dedo tocaba el fondo y se movía de arriba abajo dentro de mí, me calentó tanto sentirlo dentro.
Me tumbe a gatas con mi pecho tocando el suelo y mi trasero completamente al aire, mientras que con una mano cuidaba no se me escapara mi pene y la otra posada en mi glúteo, Alejandro se puso atrás de mi con su pene apuntando a mi agujerito, le dije que no que usara más sus dedos si no me lastimaría y así fue mi chico comenzó a lamerme el ano y fui aflojando pues sentía su lengua cálida metiéndose hasta el fondo, su saliva se me resbalaba hasta las piernas, yo ya estaba lista para recibirlo y llego el momento, sentí la punta de su pene en la entrada de mi ano, lo detuve con mi mano libre para que no empujara, y poco a poco me lo fui metiendo yo, empujaba mi cola hacia atrás, para cuando toda la cabeza entro sentí un alivio, me dolía mi ano, espere unos segundos hasta que el calambre anal paso ya estaba lista ya el dolor había pasado, me empuje hacia atrás y lo metí todo, yo gemía, por fin había perdido la virginidad, por fin y con la persona que más amaba, retire mi mano de su pecho y ahí tumbada con mi cola parada en su plenitud le permití me penetrara como el quiso, quería que me hiciera suya.
Me bombeo tan duro, sentía su pelvis chocar con mis glúteos, me empujaba y mis rodillas al estar en contacto con la madera se irritaron, me estrujaba las nalgas cada embestida que daba, me penetro unos minutos hasta que la recompensa llego, su semen en mis intestinos, se sentía tan caliente, sentí éxtasis total, una sensación como ninguna, la calidez de tener parte del dentro de mí, saco su pene flácido de mi interior y antes de que llegara alguien, subí mi bikini me aliste un poco y nos lanzamos por el tobogán.
Ese mismo día al atardecer regresamos a donde estaba mi madre, Brayan me miro mientras me ponía mi ropa ya para partir.
Valeria – que me ves!
Brayan – que te paso en las rodillas? Dijo de manera sarcástica.
Me apene mucho y le conteste que nada, tome mis cosas y Salí corriendo al auto.
Esa misma noche ya en casa, con la luz apagada, solo podía pensar en Alejandro, como me desvirgo, me sentía tan feliz, tan plena, la sensación jamás la olvidare, abrace mi almohada completa y enamorada, para después romper el momento con los gemidos de mi madre, las embestidas y golpeteos de la cabecera de su cama como todas las noches cuando Brayan la violaba casi. Pero ni eso rompió mi felicidad, me puse mis audífonos, puse mis canciones más románticas y dormí tan profundamente.
Continuara…
3 respuestas
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